sábado, 6 de marzo de 2010

Alta, morena, buena moza, De piernas torneadas y figura armoniosa. A su paso ondulante, Jóvenes y maduros caballeros con graciosa reverencia,le ofrecían un respetuoso requiebro. Cada mañana, dejaba su pequeño palacio, ataviada de traje sastre, guantes, sombrero, tacón de gamuza, cartera, estola de piel. Caminaba hacia el centro de Santiago. Compraba dulces en la confitería Serrano. Disfrutaba las últimas novedades de la tienda Gath y Chavez, mientras su cuerpo anidaba su anhelo de ser madre

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