sábado, 6 de marzo de 2010
La fuerza telúrica del terremoto de 1939, los trasladó a la capital. Ambos, jóvenes y hermosos se adoptaron a esta madre –metrópoliEl, se hizo viajante para volver a recorrer justificada y productivamente su paisaje sureño del que nunca quiso irse. Ella tomó los refinamientos de la ciudad. De los remates trasladó señorío a su chalet de Eleuterio Ramírez, entre Serrano y Arturo Prat, comprado con el dinero común y un préstamo de la Caja Nacional de Ahorro.
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